Taza
13 mayo 2025Disolver la mirada
en el movimiento del agua:
las tazas de café esconden algún misterio.
De paso por el mundo
estamos cada vez más solos,
intentando que las palabras se reúnan en el diálogo
cuando la verdad es que se están cayendo del sueño.
Intentamos desesperadamente despertarlas,
reanimarlas con la boca
para que no terminen ahogadas en el interior de la taza,
perplejas por su inutilidad.
Disolver la mirada
en el marco de la ventana
creyendo que existe eso que llamamos día,
eso que tan pobremente llamamos noche,
cuando ambas cosas no son más que un espacio
y un tiempo,
lugares que solamente existen en nuestros ojos mirando
la película del universo
mientras se quema.
Puedo escribir océanos de letras en este teclado
pero llego siempre al mismo paisaje:
algo que se quema,
algo así como un bosque:
empieza como un murmullo desde el fondo del líquido
llamándome,
queriendo salvarme alguien del otro lado del portal,
una voz que apenas reconozco,
algo que pronuncia mi nombre
con una dulzura atroz,
como un autorretrato inacabado,
algo que invoca el pasado, el presente y el futuro,
un aleteo, una rama movida por la brisa,
un animal perdiéndose entre las llamas.