Elegía de la clase trabajadora, o un breve manual sobre el capitalismo para idiotas
11 octubre 2025Por si acaso nunca se lo dijeron,
aquí le comparto la nueva/vieja visión
del capitalismo salvaje,
como una serie de principios esenciales
de la clase dominante sobre la clase trabajadora.
Manual de instrucciones hacia el capitalismo salvaje
1. Sustituya la palabra “empresa” por “agencia”, “trabajo”, “laburo”, o el nombre de la industria a la que pertenece.
2. Si usted no tiene lo que se necesita para ser un “capitalista salvaje” en potencia, cada vez que entre en una empresa o nuevo empleo, lo hará con un reloj en el pecho, una granada en la mano y dinamita en la espalda. Ese tiempo suyo llegará a su punto hasta rebosar su vaso emocional, traspasará la frontera de sus manos con la terrible premonición del abandono, la abulia y la desolación. En su nuca guardará un código de barras con su fecha de caducidad.
3. ¿Ha visto correr a un hámster? Usted es uno de esos ratoncitos de la rueda. La pregunta clave es hasta qué punto será capaz de girar.
4. El capitalismo es un cambiapieles: requiere de líderes que le hagan creer en su falsa empatía. Si usted sobrevive al capitalismo salvaje, es posible que se convierta en uno de esos líderes.
5. Cada cierto tiempo verá usted algún gesto de generosidad, como un discreto caramelo sobre su escritorio o correo. Disfrútelo mientras pueda, que no siempre pasa. Además, también está eso de “echarle migajas” al condenado o darle a elegir un bistec en su última cena.
6. Si hace usted bien su trabajo —es decir, responder a los intereses de sus jefes—, posiblemente no sea reconocido. Se lo aviso desde ahora para que no haya sobresaltos. Para eso de ser reconocido, deberá estar cacareando sus huevos, desde el más pequeño al más grande, limpiar sacos, lamer culos y todas las artimañas que considere oportunas para mantener la tranquilidad despreocupada de sus jefes, que será por consiguiente, la suya.
7. Pero no se equivoque: si usted no tiene lo necesario para ser un capitalista salvaje, siempre tendrá que responder ante el otro que sí quiere. Usted ha decidido el camino difícil, el camino de la integridad, del amor propio.
8. Recuerde: lo que importa es resolver el problema de los jefes siempre. Los suyos no importan tanto. Mientras más rápido lo entienda, mejor. Menos o más trauma, según sea el caso.
9. Tampoco importa su vida privada, su vida fuera de la empresa, sus escasos momentos de libertad, mientras entregue lo que se le pida con una sonrisa como mueca exhausta de las horas por venir.
10. Debe tener vocación de esclavo o de masoquista, o en el mejor de los casos, no tener opción (detalle que será aprovechado por su supervisor, quien sabrá que usted está jodido). En caso de la última, deberá estar preparado para enfrentar una vida de enfermedad, de insomnio, de ansiedad generalizada y de resentimiento acumulado.
11. Si se le pide trabajar todos los fines de semana, deberá hacerlo.
12. Si se le pide trabajar en su hora de almuerzo, deberá hacerlo.
13. Si se le pide disponibilidad incondicional, deberá hacerlo.
14. Si se le pide lealtad, deberá proporcionarla. O en caso de tener usted el alma del capitalista salvaje, aparentarla.
15. Se espera de usted que, aunque no gane lo suficiente, tenga disponibilidad 24/7. Eso implica feriados y fechas importantes de su familia.
16. En caso de no poder cumplir con estas exigencias, será mal visto y chivateado por sus congéneres.
17. La frontalidad será siempre mal vista. No diga lo que piensa ni abogue por lo que crea correcto, ético o justo. El mundo no es justo y el capitalismo salvaje es la evidencia histórica de que la humanidad no quiere igualdad social. Tenga en cuenta que la frontalidad se considera como amenaza: pensar con criterio solamente será aceptado si responde a los intereses de sus líderes.
18. Es preferible la sumisión, o vender la idea de la sumisión mientras cambia usted de trabajo o termine degradado como sujeto. Usted decide. En caso de tener el espíritu de un capitalista salvaje nato, le será provechoso pasar como oveja del rebaño.
19. Decir que no se verá como falta de compromiso. Así como no responder llamadas fuera de horario laboral.
20. Se asume de antemano que debe tener la disponibilidad de trabajar siempre que se necesite. ¿Escuchó? Que valga poderosamente la reiteración y cacofonía.
21. Si es usted inteligente, se dará cuenta de que nadie a su alrededor dirá nada para no calentarse en el termómetro de los jefes —incluso si adolecen de sus mismos problemas—, porque decir algo, quejarse, expresar mínimamente incomodidad, será visto como falta de compromiso, de visión y de sentido de orientación. No querrá usted ser visto como aliado de los sindicalistas.
22. Virtud será sinónimo de vender la idea de compromiso. Ser comprometido será dejar la hiel en una entrega.
23. No se atreva, bajo ninguna circunstancia, decir que se siente explotado. Manténgalo para usted en silencio, discretamente, tecleando sin freno como un exorcista que ha descubierto un nuevo continente.
24. Si está usted en una posición por encima de otros, y mínimamente aboga usted por los intereses de su equipo, cargándose —por supuesto—, de más responsabilidad para equilibrar la balanza capitalista, en ocasiones deseará expresar que se siente explotado. Sus líderes inmediatos le dirán que delegue (lo dice el código no escrito del manual básico de capitalismo 101). Si usted delega, estará haciendo bien: que cada quien luche sus propias batallas.
25. Tenga en consideración que deberá tener los ojos abiertos siempre. Compre gotitas para los ojos.
26. Recuerde: lo más importante en la vida es entregar los proyectos que tiene asignados. Usted estará bien mientras no se afecta la relación con algún cliente importante ni se desestabilice el equilibrio de explotación. Imagínese usted que si el dueño de la institución a la que pertenece puede seguir jugando pádel, todo estará en el orden cósmico del capitalismo.
27. Usted es vital para que el negocio prospere. Sin embargo, nadie se lo dirá. Evitarán resaltar sus logros para mantenerlo a raya, que no llegue usted a creerse más de lo que se espera que usted sea.
28. Se matará con quien sea, pasará la pelota al próximo capitalista en potencia, se enfermará en su tiempo libre y ganará dinero. Si se organiza, ganará lo suficiente para explotar luego a otros, que es lo que termina produciendo el capitalismo: explotadores en potencia.
29. Si llega usted a tener suficiente tiempo en el juego, se dará cuenta de que ya ha cambiado la integridad por las botellitas de agua con gas que compra su jefe. O será jefe de alguien que cambiará sus hábitos por usted.
30. Mientras llega el momento de su ascenso, compre el libro de “cómo ganar amigos e influir sobre las personas”. Apréndase el nombre de la gente del departamento de contabilidad. Escuche chismes, lidere reuniones de mejoras de procesos, déjese ver.
31. Ante el cansancio de la jornada en busca de su reconocimiento, respire profundo. Levántese cinco minutos, camine el pasillo. Interiorice su situación, respire de nuevo, beba agua. Sonríale a su compañera, respire, beba agua. Repita cada vez que sea necesario.
32. Si en definitiva reconoce que usted no tiene madera de capitalista salvaje, se lo digo hoy y juro que no se lo vuelvo a repetir: usted es bueno mientras sea útil a los propósitos de otros. Se dará cuenta de que quien menos cree es quien apoya esa filosofía desde siempre. Descubrirá usted los refajos de su cultura y llorará amargamente por la imposibilidad de trastocar las grietas de la vida. ¿Acaso sería tan difícil pasarse al otro lado? Si no es capaz de renunciar y cambiar de rumbo, prepárese para encontrar las pastillas adecuadas.
33. Si realmente usted ha hecho el intento y no es un capitalista salvaje, ya tendrá claro, a estas alturas, que sus jefes prescindirán de usted cuando se agote el reloj en su pecho. Buscarán a otros que también entrarán en una empresa con un reloj en el pecho, una granada en la mano y dinamita en la espalda. Los dueños de empresas compran el tik-tak hasta que, o se resquebraja nuestra salud mental, o nos hacemos cómplices, parte de un sistema que se multiplica ad nauseam hasta el vacío.
Si decidió ser un capitalista salvaje:
1. Si quiere trepar en su empresa deberá de decidir entre ser íntegro o ser exitoso. Nadie le dirá que ambas cosas rara vez coinciden. Porque lo que el capitalismo salvaje espera de usted, es que quiera estar por encima de los demás. Si tiene usted lo necesario, posiblemente pueda llegar hasta la cúpula.2. De querer tener lo necesario para triunfar, deberá desarrollar la capacidad de callar, de no decir lo que realmente piensa, de escuchar a los demás y ser lo más maquiavélico posible. Deberá usted trabajar en su imagen a proyectar desde el día 1: proyéctese como alguien “influyente”. Venda sueños, sonría. Haga que los demás sean sus cómplices. Sea encantador. Lea el acápite 30 del “Manual de instrucciones hacia el capitalismo salvaje”.
3. Debe querer brillar a toda costa si quiere que le paguen más dinero.
4. Deberá anular a sus enemigos. Obsérvelos, estúdielos, encuentre sus debilidades y realce sus defectos de manera indirecta. Deje que sean ellos mismos. Genere espacios en los que no existan puntos de retorno.
5. Para sus líderes, es preferible la sumisión, o vender la idea de la sumisión. Si quiere usted superarles, tendrá que estar dispuesto a meter la mano en la mierda hasta que llegue un día en que encuentre su oportunidad de diamante.
6. Apláudase si ha llegado hasta aquí. Ya tiene la mitad del pleito ganado.