Dios envejece conmigo
a medida que salen canas en mi pelo
y mi barriga se ensancha,
dios encanece y engorda.
Y a medida que me acerco a la muerte,
mis manos se arrugan,
y mi voz se quiebra,
así se cansa y se quiebra dios.
Entonces,
cuando por fin nos encontramos en la intersección
de las carreteras más largas y concurridas,
dios aparece, alza la mano
y saluda sonriendo desde el otro lado.

Poema extraído de "Otros poemas sin importancia" del poemario "Graffiti",
publicado por Ediciones Moñohecho en Mayo del 2018.

Ilustración contenida en el libro de “Graffiti”.
Ilustración contenida en el libro de “Graffiti”.