6.

Las palabras más inspiradoras
no vienen de la poesía
aunque te esfuerces en creerlo.
La verdad es que vienen de cualquier sitio
sin ningún motivo más que la celebración
o el encuentro, o la constante fricción del mundo.
Pueden venir del lavamanos que te moja como
[intentando limpiar
aquellas partículas que en el fondo se quedarán incrustadas en tus poros
como microbios que se ríen de ti,
porque a pesar de todo, la vida puede ser un plato vacío con restos de comida
que dejaste intacto hace ya tres días,
o puede venir de aquel rincón en el que pones las cucharas
con un aire enfermo, siguiendo la fila
por orden de tamaño
ese deseo de poner al menos en orden las cucharas
porque lo demás está tan jodido,
que no te atreves a hacer un poema
que retrate tu realidad.

Nadie puede enterarse de que los poetas no siempre
quieren escribir sobre la profundidad o lo etéreo,
o del ángel que pasa vacilando
sobre nuestras cabezas
sin decidir si hoy será el día de tu muerte,
o si será tan sólo la suma de 3 canas más.
28 años no son absolutamente nada,
pero siguen llegando canas
como cuando por fin te das cuenta
que no es tan fácil
deshacerse de la imagen del espejo
—que nos traspasa cada vez que puede—,
y que cuando el agua cae de la ducha
es el único espacio en el que no importa nada,
ni siquiera la poesía,
porque el sucio se esfuma
y quedan perfumadas las ideas de que algo
habrás hecho en el día.
A los 40 creo que cambiarán algunas cosas,
12 años más que se irán volando
aunque creo que veré en el baño
toallitas perfectamente alineadas
justo como las cucharas.


Poema No. 6 extraído del poemario "Mandala" (2016-2018) y compilado en el libro "Graffiti", publicado por Ediciones Moñohecho en Mayo del 2018.