El Kinki VS la Yaya y sus olores,
VS los atracadores,
VS el doble sueldo que queda y el que se va,
VS Jack y Homero,
VS el celular y los anuncios de Claro
repitiéndose ad nauseam,
VS Milly Quezada, Juanita, el ponche y el 2015,
VS Ciudad Nueva, los poetas y los chóferes,
VS los janiqueques de Pío,
VS la falta de menudo en colmados y supermercados,
VS los policías que demandan su cena
a palo de multa.

El Kinki VS la París,
caminatas repletas,
morenas, pacas, negros, blancos curtidos,
VS el grajo y el tumulto,
VS Niña, Kiko y Sayonara,
VS el teléfono cortado, las facturas,
VS la quincena y los cajeros automáticos,
VS los recitales que faltan por venir...

El Kinki VS el espejo y el pelo largo
que se enreda en los peines,
VS el barbero que lo pelaba desde los 15...

El Kinki VS la desnutrición,
VS el limpiador de vidrio que anda
                           con piedra en mano cuando pasamos por la Leopoldo,
VS los tres días que faltan para el sábado,
VS los panfletos evangélicos y los megáfonos.

El Kinki VS la poesía,
el niño de doña Miriam,
el que bebe vinos baratos
y se desdobla del susto con los perros
que aparecen rejas entreabiertas,
que sale menos y engorda más,
que no paga por putas ni compra coca en Catanga.

No sé si ganaré.

La lucha es dura,
los dos pares de tenis están rotos
y los guantes de boxeo duermen olvidados
en el último taxi. 

Poema extraído de "Otros poemas sin importancia" del libro "Graffiti",
publicado por Ediciones Moñohecho en Mayo del 2018.